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Este sinaxario ha sido tomado del servicio griego contemporáneo para la fiesta, compuesto por el difunto Padre Gerasimos y publicado en Grecia en 1952. Conmemoramos la liberación de Constantinopla del asedio de tribus eslavas (en aquel entonces paganas), por las oraciones de la Madre de Dios, a mediados del siglo X. Sinaxario El 1º del mes celebramos la fiesta del velo protector de nuestra Santísima Señora, la Madre de Dios y Siempre Virgen María, quien siempre da protección especial al pueblo ortodoxo, como en el pasado protegió a la Reina de las ciudades.

Versos

Aquellos que con fe, oh Virgen pura, miran a tí

Amparas y abrigas con tu protección

La protección de la Madre de Dios cubre al pueblo de Dios

Cierta vez, el bienaventurado Andrés estaba presente durante una vigilia que era celebrada en el santo templo de Blaquerna, como era su costumbre. Epifanio estaba allí también con uno de sus niños. Andrés estaba de pie en la Iglesia, como de costumbre, pues su fervor le daba fuerzas — a veces hasta medianoche, a veces hasta amanecer. Y sucedió que, cerca de las once de la noche, el bienaventurado Andrés vio con sus propios ojos una visión extraordinaria: una figura femenina que salía de las puertas reales con un séquito admirable, entre los cuales estaban el honorable Precursor y el hijo del trueno [San Juan el Teólogo], quienes la llevaban de la mano a ambos lados. Muchos santos la precedían vestidos de blanco, mientras que otros la seguían entonando himnos y cánticos espirituales. Al acercarse ella al amvon, Andrés se acercó a Epifanio y le preguntó: «¿Ves a la Señora y Soberana del Mundo?» Este contestó: «Sí, mi padre espiritual». Y mientras observaban, ella dobló sus rodillas y rogó durante mucho tiempo, con lágrimas bajando por su divinizado e inmaculado rostro. Después de su súplica, se dirigió al santuario, donde rogó por el pueblo presente. Removiendo el velo que llevaba sobre su purísima cabeza, el cualtenía apariencia de relámpago, lo desdobló; y tomándolo con gran reverencia en sus purísimas manos — pues era grande e admirable– lo extendió sobre todo el pueblo allí presente. Los santos vieron el velo extendido por un número de horas, ardiendo como el ámbar con la gloria del Señor. Mientras la Santísima Madre de Dios estuvo allí, el velo también era visible; pero una vez se fue, el velo tampoco pudo ser visto. Y aunque ella se llevó el velo consigo, dejó su gracia a los que allí estaban. Por las oraciones de tu Purísima Madre, Cristo nuestro Dios, ten misericordia de nosotros, protégenos de enemigos visibles e invisibles, y salva nuestras almas. Amen.

San Roman Melodista.

14 oct. (1 oct. Cal ecl.).

El beato Román llamado "Sladcopevets" era de origen griego y nació a mediados del siglo V en la ciudad Siria de Emecé. Terminados los estudios fue diácono en la iglesia de la Asunción en la ciudad de Beirut. Durante el emperador Anastasio Díkor (491-518) se trasladó a Constantinopla como corista en la iglesia del patriarca de Santa Sofía. Con fervor ayudaba en los oficios religiosos, y aunque no se distinguía ni por la voz ni por el oído. Sin embargo el patriarca Eufimio respetaba a Román y hasta lo acercó a sí por su leal fe y vida caritativa. El relacionamiento del patriarca con el beato Román hizo enardecer contra él a ciertas personas del clero quienes comenzaron a presionarlo. En uno, de los oficios religiosos antes de Navidad estos desconformes lo hicieron subir al amvón de la iglesia y lo obligaron a cantar. El templo estaba repleto de peregrinos, oficiaba el mismo patriarca, en presencia del emperador y el séquito cortesano. Avergonzado y asustado el beato Román con su voz trémula y sus cantos indescifrables, se sintió humillado públicamente. Regresó a su casa totalmente decepcionado, san Román pasó la noche rezando ante el icono de la Santísima Madre de Dios, derramando su pesar. La Virgen Madre de Dios se le apareció, le entregó un rollo de papel y le encomendó que se lo comiera. Y he aquí que se realizó el milagro: Román adquirió una voz agradable, melódica y a la vez un don poético. En momentos de inspiración compuso su famoso kondakio de la festividad del nacimiento de Cristo.: La Virgen hoy trans-sustanciada parey la tierra hacia cueva inaccesible trae a los ángeles, con los sacerdotes , para glorificar con los reyes –que viajan con la estrella-por nosotros nació el Niño , Dios Eterno Al día siguiente el beato Román vino al templo al oficio de la tarde antes del Nacimiento de Cristo, insistiendo en que lo dejaran cantar nuevamente desde el amvón entonando maravillosamente esta vez el himno compuesto por él «La Virgen aquí" resultó del agrado de todos. El emperador y el patriarca agradecieron al beato Román y la gente lo llamó "Sladkopevtsem" o»Dulce cantor.» Desde ese entonces el beato Román engalanaba los servicios religiosos con su melódico cantar y oraciones inspiradas y piadosas. Querido por todos el beato Román fue maestro de música en Constantinopla y jerarquizó la magnanimidad de los servicios ortodoxos rusos. Por su don poético ocupó un lugar eminente entre los cantautores eclesiásticos. Se asignan más de mil oraciones e himnos para diferentes festividades. Sobresale su akafist, «a la Anunciación de la virgen María, cantándose el quinto sábado de la Gran Cuaresma. Con esta guía se compusieron los akafistos subsiguientes. Falleció el beato Román en el año 556.

KONDAKIO: Con la benevolencia Divina del Espíritu Santo, desde joven te adornaste, beato Román, a la iglesia de Cristo adornaste con tu canto maravilloso, bienaventurado. Te oramos, des a los que desean tener el don Divino orándote: alégrate, padre caritativo, belleza de la iglesia.

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