Dios
La Iglesia Ortodoxa enseña que tenemos conocimiento de Dios, sólo porque Dios se ha mostrado a su creación. El principal punto doctrinal sobre la creación es que sólo Dios es increado y siempre existente. Todo lo que existe aparte de Dios fue creado por Él.
Dios es absolutamente santo, esto significa literalmente que Él es absolutamente diferente y distinto a cualquier otra cosa o persona que exista. Es tan único y tan perfecto que su existencia no puede compararse con ninguna otra existencia. Dios es absolutamente trascendente, “lo que Él es, por esencia y naturaleza, está totalmente más allá de nuestra comprensión y conocimiento.”
- Juan de Damasco
La doctrina ortodoxa sostiene que la unidad o unicidad de Dios tampoco es meramente el concepto matemático o filosófico de “uno”. La Iglesia enseña a Dios como Trinidad. Un Dios, tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada una de las cuales “habita” en las otras dos, en virtud de un movimiento perpetuo de amor. Dios no es sólo una unidad, sino una unión.
La enseñanza de la Iglesia y su experiencia más profunda es que sólo hay un Dios porque sólo hay un Padre. El Hijo nace del Padre, y el Espíritu procede del Padre, ambos en la misma acción intemporal y eterna del ser mismo del Padre. Lo que es el Padre, lo son también el Hijo y el Espíritu. Comparten la naturaleza divina con Dios Padre, siendo “de una misma esencia” con Él.
Todos los atributos de la divinidad que pertenecen a Dios Padre: vida, amor, sabiduría, verdad, bienaventuranza, santidad, poder, pureza y alegría, pertenecen igualmente al Hijo y al Espíritu Santo.