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Para estos Apóstoles nos relata el Evangelista Lucas:” Y despues de estas cosas, designó el Señor aun otros setenta, los cuales envió de dos en dos delante de sí, á toda ciudad y lugar á donde Él había de venir.” (Lucas 10:1). Para esta lucha tuvieron que poner mucho esfuerzo y actitud sin perder un instante, por eso les dijo, no se detengan ni a saludar a nadie en el camino. Él Señor les pidió a los Setenta Apóstoles No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; ¿Por qué? Para que se note que los soldados de Cristo deben tener abnegación y estar familiarizados con las privaciones.

Y mostrar que con la fuerza de Dios dentro de sus corazones se puede realizar los más difíciles y duros trabajos. Los Setenta realizaron su misión con toda precisión y disciplina, cuando Cristo estaba en la tierra y también luego de la Ascensión, formando la iglesia, trabajando con y abnegación.

4/17 de enero: San Eustatio, Arzobispo de Serbia

Tomado del Prólogo de Ohrid, por san Nicolás Velimirović

San Eustatio vivió en la segunda mitad del siglo XIII, durante el reino del zar serbio Esteban Uroš (1262-1320). Nació en la diócesis de Budim en el seno de una piadosa familia cristiana, en donde recibió una crianza espiritual. Distinguido por sus extraordinarios talentos, Eustatio fue encomendado por sus padres a un tutor para que lo entrenara en la sabiduría espiritual. Estudió la Sagrada Escritura con particular diligencia, perfeccionándose en la piedad y las buenas obras. Al terminar su educación, el joven entró al Monasterio del Arcángel Miguel en la región de Zeta (Montenegro), llevando una estricta vida monástica. Pronto llegó a ser conocido como un estricto asceta. Desde allí emprendió un viaje a Jerusalén para venerar el santo sepulcro del Señor. En el viaje de regreso visitó el Monte Athos, estableciéndose allí en el monasterio serbio de Hilandar. San Eustatio adquirió gran renombre y amor como un asceta estricto y buen maestro, y muchos venían a él para recibir consejo espiritual. Mas tarde, se convirtió en el abad del monasterio. Después de muchos años, el santo fue consagrado obispo de Zeta y regresó a su tierra natal. Experimentado en la vida espiritual y en los asuntos eclesiásticos, se ganó el amor de sus compatriotas, y continuó siendo un ejemplo para su rebaño. San Eustatio fue elegido arzobispo de Serbia después de la muerte del Arzobispo Joanicio. San Eustatio dirigió la Iglesia serbia por siete años, y murió alrededor del 1285. Su cuerpo fue enterrado en el monasterio de Žiča, siendo luego transferido a Peć y colocado en la Catedral de los santos Apóstoles Pedro y Pablo.

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